Aunque parezca mentira, un ratón muy pequeño puede salvar a un león muy grande. Todo es cuestión de proponérselo.

Un día la ciudad de Hamelín amaneció infestada de ratones. ¡Había ratones hasta en la sopa! Y nadie parecía capaz de solucionar el problema.

Jia Lin vivía en la China y lo que más le gustaba era dibujar. Un día apareció un anciano ante su puerta y le regaló un pincel ¡mágico! Todo lo que el niño pintaba con él se convertía en realidad.

Una niña se perdió en medio de la extensa sabana africana y fue a parar a un pozo. Tenía mucha sed, pero no sabía cómo sacar agua de aquel pozo tan hondo. Y, de pronto, de su interior salió una serpiente de colores.

Mientras paseaba por el bosque, Ricitos de Oro encontró una casa con la puerta abierta, y en su interior, una mesa con tres platos de sopa. ¿Qué ocurriría si se comía la sopa del plato pequeño?